sábado, 2 de mayo de 2009

Renovación de la enseñanza (ensayo)

Renovación de la enseñanza: necesidad y reto
La reflexión es el primer paso hacia el cambio,
pero cuando se traduce en acción, es el cambio.

Desde tiempos remotos, el hombre evolucionó como respuesta a las necesidades que se le presentaron, esforzándose por mejorar su calidad de vida. En la actualidad, la educación nos plantea una necesidad y es menester de nosotros atenderla, se preguntarán a qué me refiero, pues a la necesidad de un cambio en la forma de enseñanza, se han preguntado ¿Cuáles son las concepciones que tienen de los procesos de enseñanza y aprendizaje?, ¿Qué hacen como docentes?, ¿Qué tipo de alumnos están formando?¿Existe coherencia entre lo que ustedes opinan de lo que es una buena práctica docente y lo que hacen con los alumnos?, ¿Qué resultados han obtenido?, la educación es un compromiso de todos, aportemos la parte que nos corresponde.
Se hace precisa entonces, una reflexión de nuestra práctica docente en contrastación con la ideología que subyace en nosotros acerca del cómo debe ser la enseñanza. Nos ubicamos en una época de avances tecnológicos, en donde la oferta del tipo de pedagogía es el constructivismo, pero realmente sabemos a qué se refiere esto, si lo hemos aplicado en nuestras aulas, de qué forma lo hemos hecho. Es importante dejar en claro, su significado, de acuerdo a Piaget, “el conocimiento y el aprendizaje no constituyen una copia de la realidad sino una construcción activa del sujeto en interacción con un entorno sociocultural” (Fairstein, 2005:179), es decir, el aprendizaje se da en el momento que el individuo se apropia del conocimiento porque adquiere un significado para él. Por ello el docente requiere conocer a sus alumnos para facilitarles el proceso de aprendizaje. A inicio de ciclo escolar se realiza una evaluación diagnóstica, el objetivo de esta es que analicemos el nivel cognoscitivo de nuestros alumnos, para diseñar actividades con relación a sus necesidades e intereses, si solo lo hacemos por requisito administrativo, las valoraciones realizadas no adquieren el sentido idóneo.
Después continuamos con las evaluaciones bimestrales, el querer abarcar la mayor cantidad de contenidos, es el peor error que cometemos con los alumnos, pues de esta forma, regresamos a la pedagogía tradicionalista, en la que el maestro transmite conocimientos carentes de aprendizaje significativo para el educando.
Parafraseando a Ausubel, el aprendizaje debe implicar una reestructuración activa en cuanto a percepciones, ideas, conceptos y esquemas que el estudiante tiene en su estructura cognoscitiva (Díaz Barriga, 1993:26), de ahí la importancia de la interacción con el objeto de aprendizaje, para evitar seguir formando individuos pasivos, irreflexivos de su realidad social, económica y política. Al propiciar un espacio adecuado para el desarrollo de los alumnos en los diferentes aspectos que requieran, tenemos la tarea de brindarles confianza en sus capacidades y libertad de expresión, de esa forma podremos aspirar a personas con la decisión de pugnar por un cambio en su forma de vida y por ende de una transformación social de manera progresiva.
Si recordamos las aportaciones de Vigotsky, tenemos que “la instrucción sólo es buena cuando va por delante del desarrollo, cuando despierta y trae a la vida aquellas funciones que están en proceso de maduración o en la zona de desarrollo próximo” (Álvarez, 1990-1991:110), analicemos el concepto de instrucción y observaremos que en nuestros tiempos, ya no es conveniente, debido a los objetivos que se plantean tanto para educación preescolar como primaria, los cuales se traducen en la formación de individuos analíticos, críticos y reflexivos, sin embargo para lograr los objetivos, es recomendable que desde edad temprana se les incite a esforzarse y hacer valer su opinión y mejorar la comprensión de su entorno o realidad mediante situaciones que les ofrecen algo más de lo que ya conocen, saben o han experimentado.
Entonces, cuál es nuestra función como docentes: si retomamos el enfoque constructivista, tendremos que conocer las características de cada una de los estadios de desarrollo cognitivo propuestos por Piaget que están relacionados con actividades del conocimiento como pensar, reconocer, percibir, recordar y otras: en el estadio sensoriomotor, desde el nacimiento hasta los 2 años, en el niño se produce la adquisición del control motor y el conocimiento de los objetos físicos que le rodean. En el periodo preoperacional, de los 2 a los 7 años, adquiere habilidades verbales y empieza a elaborar símbolos de los objetos que ya puede nombrar, pero en sus razonamientos ignora el rigor de las operaciones lógicas. Será después, en el estadio operacional concreto, de los 7 a los 12 años, cuando sea capaz de manejar conceptos abstractos como los números y de establecer relaciones, estadio que se caracteriza por un pensamiento lógico; el niño trabajará con eficacia siguiendo las operaciones lógicas, siempre utilizando símbolos referidos a objetos concretos y no abstractos, con los que aún tendrá dificultades. Por último, de los 12 a los 15 años (edades que se pueden adelantar por la influencia de la escolarización), se desarrolla el periodo operacional formal, en el que se opera lógica y sistemáticamente con símbolos abstractos, sin una correlación directa con los objetos del mundo físico.
De aquí que los docentes requerimos desarrollar estrategias diversas para poder ser facilitadores y no obstaculizadores del aprendizaje, no olvidemos que los recursos no deben reducirse al entorno inmediato, sino que en la sociedad actual, también es preciso hacer reflexionar a nuestros educandos del uso adecuado de las tecnologías educativas, que a su vez implican el reto de estar en constante preparación, porque solo así podremos responder a sus necesidades. En este modelo didáctico, la función del profesorado y de los estudiantes es complementaria, dado que el primero dispone los contenidos que el segundo deberá reelaborar, por medio de diversas actividades en las que se pueden combinar estrategias metodológicas de exposición o recepción, de descubrimiento y de indagación. La evaluación se centra en el desarrollo de capacidades intelectuales y en la construcción del conocimiento.
La renovación de la enseñanza es una necesidad que implica un reto para nosotros como docentes, de antemano sabemos que en la educación no hay métodos sino metodologías, pero para diseñar una metodología, se requiere partir del conocimiento de las diferentes clases de pedagogías para elegir y llevar a la práctica aquello que nos resulte positivo y útil en la sociedad actual, definir quiénes son nuestros alumnos, qué les vamos a enseñar y para qué, si durante nuestra reflexión no logramos responder a ello, es un motivo de preocupación, porque las cosas que se hacen sin tener definido qué, por qué y para qué, difícilmente podrán contar con una organización, ambiente y recursos adecuados para una praxis que beneficie a nuestros alumnos.

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Bibliografía
Álvarez, Amelia. et. al. 1990-1991. Educación y desarrollo. La teoría de Vigotsky y la
zona de desarrollo próximo, en Desarrollo psicológico y educación II – Psicología
de la educación. Comp. César Coll et. al.
Díaz Barriga, Frida. 1993, El aprendizaje significativo desde una perspectiva
constructivista. En revista Educar.
Fairstein, Gabriela. 2005, La teoría de Jean Piaget y la educación en Legado
pedagógico siglo XXI, Argentina.

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